La lucha del hombre por la cima: El legado metálico que inspira generaciones en la USB

La escultura de Carlos Prada, inaugurada en 1972 en la Universidad Simón Bolívar, sigue siendo un símbolo poderoso que traspasa generaciones. Su mensaje original, profundamente filosófico, ha evolucionado en el imaginario del colectivo estudiantil, convirtiéndose en una metáfora de la vida académica y la búsqueda de la excelencia.
El encargo del Rector Ernesto Mayz Vallenilla
La obra fue concebida a partir de una inquietud del entonces Rector, el Dr. Ernesto Mayz Vallenilla, quien pidió al escultor Carlos Prada abordar el conflicto entre el ser humano y la tecnología. No se trataba de una crítica a la técnica en sí, sino a su potencial de alienación avizorando el riesgo de que el hombre se convierta en esclavo de su propia creación.
Durante un recorrido por el campus, el Rector y el artista encontraron dos ruedas de maquinaria pesada, usadas en la construcción de Monte Elena. Prada las transformó en el soporte de la escultura, integrando el desecho industrial como parte del mensaje: la técnica puede ser útil, pero también opresiva si no se domina con conciencia.
Una estructura dinámica y expresiva
La escultura mide tres metros de alto por metro y medio de diámetro. Sobre sus cilindros giratorios se aferran cincuenta figuras humanas en distintas poses, representando la angustia colectiva y el esfuerzo compartido. En la cima, una figura solitaria se libera, simbolizando el triunfo de la razón sobre la alienación.
Prada trabajó en el taller de Carmelo Tabaco, donde decidió representar un purgatorio: un espacio de lucha, dolor y esperanza. Las figuras humanas trepan con dificultad, pero se ayudan mutuamente, reflejando la solidaridad como herramienta esencial para superar los desafíos técnicos y existenciales.
La cima como excelencia académica
Con el paso del tiempo, la comunidad estudiantil ha reinterpretado la obra. Hoy, “La Lucha del Hombre por la Cima” se asocia con el esfuerzo por alcanzar la máxima calificación académica. La escultura ya no es solo una crítica a la tecnolatría, sino una representación del camino arduo hacia la graduación con honores.
La figura solitaria en la cima representa ahora al estudiante que ha vencido los obstáculos del entorno académico: exámenes, proyectos, desvelos y frustraciones. Es el reflejo de quienes, con esfuerzo y apoyo, logran destacarse en una universidad exigente y rigurosa como la USB.
Un legado vivo en el campus universitario
La escultura, donada por su autor, fue trasladada cerca del Conjunto de Auditorios, actualmente ubicada en los jardines de la Biblioteca Central frente a la casa rectoral para que más personas pudieran apreciarla. En la actualidad, sigue siendo un punto de encuentro, reflexión y admiración. Su valor estético permanece, pero su sentido pedagógico se ha enriquecido con nuevas lecturas.
“La Lucha del Hombre por la Cima” no es una pieza estática. Es un espejo de la Universidad Simón Bolívar y de quienes transitan por ella. En sus figuras metálicas se proyectan los sueños, las luchas y las victorias de generaciones que siguen escalando, cada una hacia su propia cima.
Libro: La Universidad Simón Bolívar a través de los símbolos. – Editorial Equinoccio, Julio 1987.
Autora: María Teresa Jurado de Baruchi